Un perro lazarillo tiene un costo cercano a los U$S15.000, por lo que el otorgamiento de estos perros a los no videntes es, en general y según cada país, subsidiado por fundaciones, o el estado.
La mayoría de las escuelas de adiestramiento de perros guía para ciegos recurren a “familias sustituta”, quienes se encargan de criar, bajo supervisión de los adiestradores, los cachorros hasta la edad en que se inician en el adiestramiento especializado.
Algunas escuelas cuentan con cabañas propias, con reproductores especialmente seleccionados para esta delicada especialidad. A los 48/50 días se realiza una primera selección mediante diversos test los cachorros que no den el puntaje necesario son vendidos como mascotas. Otras escuelas realizan otros test eliminatorios a los 4 meses de edad.
Una vez aprobado el cachorro, se entrega a la familia sustituta, la cual ya ha devuelto a la escuela el cachorro ya crecido de la entrega anterior. En su nuevo hogar el cachorro es iniciado en su educación básica bajo supervisión de los adiestradores, y más adelante en el adiestramiento inicial, el cual no incluye aún los ejercicios para lazarillo.
Durante su estancia con la familia sustituta el cachorro es sometido a más estudios de comportamiento y capacidad, un alto porcentaje es desaprobado en esta etapa, y en estos casos la familia sustituta tiene la opción de quedarse definitivamente con el can, otra opción es reemplazar el cachorro por uno nuevo y vender como mascota al descartado.
A la edad de 8 meses, también varía según cada escuela, el cachorro se instala definitivamente en la escuela de adiestramiento e inicia el tramo más difícil de su carrera.
A partir de este momento se inicia un arduo trabajo de unas 400 horas durante el cual muchos más son descartados.
Hace algunos años se desarrollaron especialidades en las que incluir a estos perros que, luego de muchas horas de trabajo, denotan que no alcanzarán los objetivos de un lazarillo. Estas especialidades son los perros de ayuda para hipoacúsicos y para discapacitados motrices.
Un adiestrador de perros guías es un profesional de mucha experiencia y muy bien pagado. Trabaja gran parte del tiempo con los ojos vendados, ya que muchas veces es la única manera de captar el rendimiento del perro y de evitar dar señales involuntarias al mismo.
El trabajo inicialmente se realiza en una pista provista de todos los elementos necesarios, simuladores de obstáculos de altura, a nivel del suelo, laterales, escaleras, etc.
No se trata de que el perro es un torpe que vaya a llevarse por delante un obstáculo, pero debe evitarlo él y hacer que lo evite el ciego. Por ejemplo, si esquiva un poste debe asegurarse dejar espacio para el humano. También debe estar preparado para juzgar obstáculos por donde él pasaría, pero por donde no pasa una persona, por ejemplo la rama de un árbol a 1,80 MT de altura.
Cuando se presenta un obstáculo de tipo desnivel, debe dar aviso girándose levemente sobre las piernas del no vidente, mayor será éste giro cuanto mayor sea el desnivel, todo esto se transmite a través del arnés con que trabaja un lazarillo. Este arnés es una fuente de información importantísima para la persona, ya que por estar conectado con los laterales del perro hace llegar a la mano cualquier movimiento de éste, lo que acelera el desplazamiento de ambos.
Los perros que deben descartarse como lazarillos cuando ya se ha invertido mucho en ellos, pueden tener aptitudes para especialidades de menor exigencia, estos son especialmente los perros de ayuda para discapacitados motrices e hipoacúsicos, ambas en este orden de complejidad en cuanto a exigencias.
La primera de las especialidades incluye ejercicios tales como acarrear diversos objetos y alcanzárselos al discapacitado y tirar para ayudar en el transporte de la silla de ruedas. El discapacitado se aferra con una mano al arnés e indica al perro que tire, se incluyen órdenes de izquierda, derecha y detención.
La segunda de las especialidades incluye ejercicios más simples, reconocer y diferenciar el sonido del teléfono, el timbre de la puerta y otros.
Ambas especialidades cumplen fundamentalmente la función de perro de compañía, pero no son pocos los casos en que han salvado la vida de su amo en medio de un accidente tal como incendios, escapes de gas, etc.